sábado, 8 de mayo de 2010

Caminando por el cielo de Galicia



10-07-04

El día de ayer fue duro. Mas que el cansancio , lo que mas me molestan hoy son los tobillos. No recuerdo haber tropezado o haber dado un mal paso, eso si la cuesta hacia O Cebreiro fue complicada , mas que nada por el tramo donde abundaban las piedras sueltas. Hoy la ruta en un principio es mas fácil.

Estoy en Galicia. El animo sube mi moral, algo maltrecha en los últimos días. Como si de un sueño se tratara, despierto entre nubes. En el comienzo del caminar por estas tierras gallegas se roza el cielo. Caminaré entre los 1200 y 1300 metros de altitud hasta pasar el alto de Poio. La salida desde O Cebreiro es por el arcén de la carretera hacia Liñares. Pero recomiendo una senda, que tras los lavaderos del refugio, atraviesa el monte. A unos 3 kilómetros llego a Liñares y pasando por lo poco que se puede ver en esta población , a poco menos de un kilómetro llego al alto de San Roque, a 1270 metros de altitud, marcado por un enorme monumento al peregrino . El camino continua por un sendero a la derecha por el que seguiré casi toda la etapa.


Llevo algo mas de una hora caminando en el día de hoy, el ritmo es bueno, el tiempo sigue nublado pero hace calor. Estoy en la población de Hospital , una iglesia muy parecida a la de O Cebreiro , de piedra y de las mismas hechuras, es lo mas que se puede destacar en esta población que debe su nombre a un antiguo hospital, fundado en el siglo IX por la condesa Egilo. Tiene un albergue de la Xunta ( 982161336 ) en las antiguas escuelas.
Un desvío a la derecha, pasado algo mas de un kilómetro de esta población, y paralelo a la carretera, nos lleva hasta el caserío de Padornello donde comienza una cuesta que desemboca en el segundo alto por donde se pasa en el día de hoy. El Alto de Poio, en el lugar hay tiendas y el Bar el Puerto donde aprovecho para un descanso y reponer fuerzas, aunque desde aquí la ruta ya empieza un leve descenso. El camino continua paralelo a la carretera por el que llego al poblado de Fonfria. Pasado esta aldea a poco mas de un kilómetro aparece el cartel del Concello de Triacastela, ahora el descenso se hace mas pronunciado.

Viduedo, poblado a poco mas de una hora de camino hacia el fin de esta jornada. Las vistas a partir de esta población son excelentes, al fondo las colinas del Concello.
Tras pasar por Filloval y una corredoira por As Pasantes, me encuentro con un excelente ejemplar de castaño. Como he comentado, este último tramo es en descenso y sobre todo en la parte de la corredoira muy deteriorada, hay que tener cuidado, en ocasiones es bastante pronunciada la bajada, los tobillos y rodillas se pueden resentir, muchas piedras sueltas y desniveles importantes.


Estoy en Triacastela, ciudad de los Tres Castillos y final de esta jornada. El refugio lo encuentro al otro lado de un gran prado. Es de piedra y sus ventanales son de color azul. Una larga fila de mochilas a la puerta del mismo, me recuerda que es de la Xunta y estos no hablen sus puertas hasta las 13 horas. Tras colocar mi mochila en la fila, me descalzo, es agradable andar por la hierba húmeda.


En el prado, delante del refugio, han habilitado tiendas de campaña del ejercito , pues hay una gran afluencia de peregrinos. Hacia el otro extremo del prado, me dirijo a la carpa de la Cruz Roja, donde profesionales te masajean y arreglan los cansados y maltrechos pies de los peregrinos, me los dejan como nuevos. Una vez mas he de agradecer el trabajo altruista de estos profesionales de la Cruz Roja .
Hoy aunque el día se prometía fácil, la molestia en mis tobillos ha hecho que al caminar, los apoyos de los pies sean diferentes, eso me ha creado una ampolla en el tobillo derecho, llevo un hilo que la atraviesa para un mejor drenaje.


Tras la correspondiente inscripción y el sellado de la cartilla, consigo un catre donde poder descansar. Una reconfortante ducha me deja como nuevo. Es hora de una buena comida que repare este cansado cuerpo. En uno de los bares del pueblo, me encuentro con varios grupos de los que solemos coincidir por el Camino desde León. Me reconforta estos encuentros, cualquier problema del día se olvidan en estos momentos. La algarabía se acentúa cuando llega uno de los grupos, suelen llegar los últimos y hay un cierto pique sano entre algunos por la hora de llegada pues en algunas ocasiones no han conseguido camas teniendo que dormir en el suelo con los sacos.Son varios los albergues y alojamientos en los que se puede descansar en esta población, donde todavia se sigue basando parte de la economia.


En la época medieval la extracción de caliza se aprovechaba para que cada peregrino llevara una piedra de cal para contribuir a la construcción de la catedral de Santiago. La iglesia parroquial está dedicada al apóstol Santiago y de hechuras románicas, donde destaca una maciza torre soportada sobre tres arcadas.


Aprovecho un enchufe junto a la mesa en el bar, para recargar el móvil. La carne por estos lugares es excelente. Terminamos todos sentados en la terraza calmando el calor de este día con unos fabulosos helados.



Por cierto de los tres castillos no quedan ni siquiera las ruinas.

“ Dios ayuda y Santiago “








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